Apartar con mis pequeñas manos
las algodonosas nubes
para que los rayos del sol acaricien
mi cara.
Caminar por la orilla del mar,
oyendo el susurro del unas olas
que se acercan a besar mis pies
descalzos.
Pasear bajo una lluvia de verano
dejando que unas gotas que apenas
refrescan
se deslicen por mi cara.
Acariciar un gato ronroneante
y sentir como se roza contra ti
mostrándote su felicidad.
Leer, leer siempre.
Ante una ventana viendo caer la nieve
con una humeante taza de chocolate.
Una manta debajo de la cual refugiar
mis piernas.
De fondo música.
Una capaz de entrar no sólo por los
oídos,
si no por cada porro de mi piel,
sintiendo como surca mis venas.
Y por encima de todo , tú.
Poder perderme en tus ojos de miel,
sentir, estremeciéndome, el roce de
tus manos
y escuchar tu voz susurrándome al
oído
aquellas palabras que sabes que
conmueven todo mi ser.