El
mar refleja el despertar del sol,
que aparece tímidamente en el
horizonte.
Tan bella ceremonia al final de una noche sin rumbo fijo.
Sobre la arena de una playa que trata de emular al cercano marcreando dunas como olas,
dos cuerpos cansados, abrazados, con sus miradas perdidas en el lejanía.
El
mejor amanecer es el que se ve siempre es con el ser amado.

No hay comentarios:
Publicar un comentario